En torno a la Misión del 31 de Mayo

Contribuciones al Capital de Gracias

A propósito del artículo de Eduardo Arnouil sobre el 31 de Mayo, y por la importancia del Capital de gracias, envío esta reflexión que podría constituir una forma de respuesta interactiva al artículo mencionado

John Hitchman

Imagen foto_00000013CONTRIBUCIONES AL CAPITAL DE GRACIAS

John Hitchman, mayo, 2016

 I.- Hacia una reflexión teológica pastoral

La doctrina de las contribuciones al “capital de gracias” en Schoenstatt está fundamentada en  consideraciones teológicas.

  1. El encuentro interpersonal de Alianza del bautizado constituye la base de toda espiritualidad del  cristiano. La Alianza, como componente del encuentro del hombre con Dios, es la idea dominante del Antiguo Testamento. Lo mismo en la Nueva Creación fundada en el Hijo de Dios que instaura una Nueva Alianza. Es precisamente en el bautismo que se inaugura y renueva esa Alianza.
  2. La Alianza como pacto establece un acuerdo mutuo de obligaciones y de participación de beneficios.
  3. La doctrina del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. Esta dimensión de la Iglesia ha sido elaborado por san Pablo. Todos los bautizados estamos injertados en Cristo formando un solo Cuerpo, interrelacionados, donde cada uno recibe de otros y tiene a su vez influencia en otros. Es la comunión de los santos.
  4. Esta interrelación cae bajo la ley de la Redención. Es decir, cada bautizado debe completar lo que “falta a la pasión de Cristo”. No en el sentido que la redención por Cristo haya sido incompleta sino que es necesario ahora que cada cristiano la haga suya. (“Quien te creó sin ti no te salva sin ti”. San Agustin y  “Nada sin Ti nada sin nosotros”. P. Kentenich). Esta dimensión teológica echa muchas  luces  a la doctrina de las contribuciones al capital de gracias, como veremos).
  5. La ascesis o el tomar la Cruz de Cristo es una tarea permanente y dinámica (no se agota en simples actos exteriores)  ni menos prescinde del carácter comunitario de la gracia.

 II.- Un nombre que puede ser mal entendido y se debe usar adecuadamente...

  1. La palabra “capital” define una categoría del orden  económico contrapuesta a  “trabajo”. De ahí que no pocos han objetado el uso de este término  que parece  ajeno a toda espiritualidad. No vacila el P. Kentenich en usar este término para atender a los principios teológicos anteriormente indicados. (Así como usa la expresión de “cheque en blanco” para ofrecer la entrega total a la voluntad de Dios). La Teología, por su parte, usa términos de esta índole tal como “economía de la salvación” y filósofos de la ética usan la expresión de “invertir en acciones de valores”.
  2. No se trata de llevar una libreta de ingresos y egresos en el banco de la gracia como contribuciones que disfrazan el crecimiento espiritual sin espacio al amor y la gracia. Si solo se ve como prácticas mecánicas donde anoto en el Horario Espiritual mis contribuciones caemos en un ritualismo infecundo.

III.- Aplicación de los principios teológicos 

1.- Como lo explica el P. Kentenich en el Hacia el Padre, se trata del aporte de mi santificación al Cuerpo Místico de Cristo (Schoenstatt):

“También yo pongo siempre a tu disposición

mis amargos sufrimientos

para el Capital de Gracias.” (HP # 346)

¿Cuáles son mis amargos sufrimientos? Por un parte todas las dolencias corporales y espirituales.

Sin embargo, hay una dimensión que se ha dejado de lado: es el sufrimiento en las obras de caridad corporales y espirituales o acción apostólica.

Es decir, ante toda situación onerosa el schonstattiano responde con un “fiat” meritorio para cumplir  con su Alianza de Amor.

2.- Contribuciones al capital de gracias como ejercicio de la Alianza de Amor.

Amor no es disciplina de faquir. El recurso de aumentar el capital de gracias es  aumentar en la vida de la caridad. Como lo señala el Himno de la Caridad (1 Cor 13), cuyo estudio y práctica recomienda el P. Kentenich en numerosos retiros, es la dimensión apostólica del Movimiento de Schoensatt.

3.- El capital de gracias redunda en la Familia de Schoenstatt. No es una cuenta personal de ingresos y egresos personales.

Leemos en el Hacia el Padre:

“Cuando mi propia debilidad   

y  la astucia de Satanás se suman;

cuando me oprime

el amargo tormento de mis faltas,

yo también puedo apelar

a la riqueza de nuestro Capital de Gracias.” (HP # 453)

4.- Por lo tanto, la acción de inter-relación que  se expresa en el capital de gracias  comporta fundamentalmente una dimensión comunitaria apostólica. Es un instrumento para dar mi aporte a la comunidad en la fecundidad apostólica personal y de mis hermanos.

5.- Mi apostolado redunda en el apostolado de la Familia y el apostolado de la Familia redunda en mi apostolado.

John Hitchman

Mayo de 2016