La era del Éxodo - Exclusión y sufrimiento sobre México

Una mirada a las exclusiones desde el muro de Trump y la respuesta posible en la Fe.

Lunes 20 de febrero de 2017 | Lucía Zamora Valero

Mi querido México. Un país increíble, rico en historia, majestuoso en su arquitectura y en su cultura. Grandioso por la belleza de sus tradiciones y de sus paisajes. Exquisito en su gastronomía, y por supuesto... orgulloso de su gente. Que les puedo decir de ésta mi tierra adorada. Es tan bonita que María se detuvo a mirarla y se quedó aquí. Éste es mi país en pocas palabras... ¡un paraíso!

Pero...¿Qué paso con él?... no sé, algo sucedió a lo largo de su historia que corrompió, destruyo y empobreció a nuestros gobernantes; a muchos de nuestros estudiantes y Maestros; a hombres y mujeres que alguna vez creyeron en sí mismos y que ahora necesitan del favoritismo, de la transa, del chantaje, del soborno y del poder, para pretender ser alguien en la vida... ¡corruptos!... Sí, que tristeza, en esto se han convertido muchos de mis connacionales, y le ha costado y le ha dolido a México. Se ha creado un sistema, donde ni aquel que tiene las más buenas intenciones se puede escapar. Y con todo esto, a pesar de tener un paraíso, el éxodo de nuestros campesinos hacia los Estados Unidos ha sido una triste realidad desde hace muchos años.  

Existen pueblos donde gran parte de sus familias se quedaron desprotegidas de sus varones, y las mujeres con un nivel de educación bajo, se han encargado de educar solas a sus hijos, y es aquí, donde el narcotráfico y la delincuencia se han aprovechado de la situación. Ahora, en estos lugares tenemos jóvenes delincuentes, con poco amor a su Patria, jóvenes tristes, sin proyectos, y peor aún... con un promedio de vida de algunos 30 años.

Como ven, mi país se está desquebrajando, amortiguando la pobreza desde hace muchos años con un gran número de paisanos que trabaja en los Estados Unidos. Pero llegó Don Donald Trump al poder, con sus fantásticas políticas migratorias y su control fronterizo, para despertar lo que parecía ya muerto (no del todo)... el racismo y la discriminación. Dicen por ahí que si quieres conocer realmente alguien, le des poder, y así es, el "poder" es la copa de la vanidad, del narcicismo y la soberbia. Un coctel que deshumaniza a cualquiera.

En fin, ahora mi gente ha estado regresando porque ya no consigue empleo, o porque ha sido deportada. Se ha olvidado de aquel sueldo que le había devuelto la dignidad. Lo que sigue es, esperar (en vano) a que nuestro Gobierno le cubra las espaldas, no digamos para vivir dignamente, sino simplemente para sobrevivir. Qué triste realidad la que tenemos, sin embargo, nuestros hombres y mujeres que alguna vez cruzaron el Río Bravo buscando una oportunidad, ahora han decidido enfrentar al mundo con las manos vacías, para encarar la vida con lo único que les ha quedado... su identidad.

Lo que ocurre en México, ocurre en todo el mundo. Familias dejando su patria, su historia, sus raíces y su cultura, para encontrar mucho más que oportunidades laborales; desean paz, justicia y todo el amor que puedan encontrar, para poder sanar las heridas que su tierra y su gente les han dejado sin piedad. La historia de nuestros Patriarcas y el Éxodo son más reales que nunca. La  rivalidad entre hermanos, la discordia, la esclavitud, las dinastías y la voz de Dios. En pleno siglo XXI seguimos buscando la libertad, queremos dejar de ser esclavos, buscamos respeto y dignidad y huimos a donde creemos encontrarla. Algunas veces caminamos escuchando la voz de Dios, y otras escuchando la voz del hombre y es ahí donde perdemos lo que realmente engrandece al ser humano: la humildad, el amor y la misericordia.

Siempre perseguidos... mexicanos, sirios, cubanos, chinos o de cualquier otro lugar del planeta. La historia se repite, solo hay que decidir qué voz debemos escuchar, o que estrella tenemos que seguir. Porque eso es lo que ha querido Dios desde siempre, una libertad que no solo atraviese mar Rojo, Él quiere que tengamos una libertad que abra el corazón a la vida, y a la fe; con coraje, sabiduría y sueños. Una libertad que ningún muro pueda aprisionar. Y cuando se cumpla este deseo de Dios, seremos verdaderamente libres y dejaremos de huir, dejaremos de buscar falsos ídolos y estaremos llenos de amor para poder compartir. Será entonces cuando el éxodo dejará de ser una necesidad.

Lucía Zamora Valero

 

Comentarios
Total comentarios: 1
21/02/2017 - 22:56:37  
Qué bien describes nuestro país y su situación actual Lucia, es muy triste pero real, sólo con mucha fe, coraje y esperanza podremos salir adelante, haciendo de manera extraordinaria lo que nos corresponda, yo espero que con ayuda de Dios y la Mater, así sea. Saludos!

Tere Trujillo Sarquis
Mexico
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000