Intruducción a la CAU

Vicente Pallotti y el P. Kentenich

Una Visión del Padre Humberto Andwanter sobre la relación entre Vicente Palloti y el P. Kentenich y de como influyó en su vida como sacerdote. 12 páginas.

P. Humberto Andwanter

Vicente Pallotti y el P. Kentenich

P. Humberto Anwandter

Históricamente, el P. Kentenich era pallotino. Si hubiese sido sacerdote jesuita, o carmelita, o diocesano, probablemente habría sido otro el camino para él.

¿Qué sabe el P. Kentenich de Pallotti en su tiempo? Que es el fundador; que, en ese entonces, estaba en proceso de beatificación; sus virtudes son reconocidas heroicas recién en el año 1931. El P. Kentenich nunca ha estado en Roma, nunca ha estado en la tumba de Pallotti, que está en una iglesia que no todos conocen ni saben esto. Recién, la importancia de la tumba de Pallotti aparece con su beatificación y cuando se le traslada del costado de la iglesia donde estaba al altar mayor y entonces se hace visible. Lo único que existía de Pallotti, en tiempos del P. Kentenich, eran ciertos escritos. El Postulador había hecho selecciones de citas de Pallotti y está también la Breve historia social de la Pia Societatis Mission. En ella hay una alusión a Pallotti sobre las Procuras inspiradas en la obra de la mística española María de Greda sobre la ciudad de Dios. En su visión, ella dice que los apóstoles se reúnen en el Cenáculo con la Virgen y salen después a 12 puntos cardinales. De allí la idea de Pallotti de dividir el mundo en 12 procuras, cada una bajo el patronato de un apóstol. El P. Kentenich menciona esta idea apostólica de Pallotti. Es esto lo que él sabe de Pallotti.

Hasta ese momento, hasta el año 1914, el P. Kentenich no habla de ninguna relación especial a Pallotti sino que se refiere a él como el venerable fundador y lo toma como ejemplo en dos cosas: como ejemplo de piedad mariana y como ejemplo de alguien que se santificó siguiendo los consejos de su director espiritual.

Este es el contexto histórico.

Después, en el año 1915, a fines de ese año, viene el General de los pallotinos en visita a Alemania. Los profesores del Seminario Menor acusan al P. Kentenich de

estar haciendo algo revolucionario y que no va con el espíritu pallotino; que el grupo de los congregantes se ha ido desarrollando con fuerza y, además, se llaman Congregación Mariana. El General, al hablar con el P. Kentenich, estando en la estación de Ehrenbreitstein, le dice que él no puede responsabilizarse de lo que él está haciendo frente a Pallotti. El P. Kentenich, espontáneamente, responde: Yo puedo responsabilizarme ante Pallotti. Y en ese momento, viene el tren que debe tomar el padre general y el P. Kentenich se queda con esta idea. Para él esto fue el punto detonante, y él mismo así lo dirá después: "Yo le respondí de inmediato al General, primero porque Pallotti es católico y nosotros también lo somos y no podemos estar en contradicción con él; segundo, porque Pallotti es mariano, y también lo somos nosotros; en tercer lugar, Pallotti buscaba el amor y por eso su pedagogía de amor que no quería un vínculo mínimo posible, y nosotros también. Y, por lo tanto, no solamente no estamos en contradicción sino que existe una convergencia entre él y nosotros".

Pero, ¿qué quería Pallotti propiamente?  ...

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